La iniciativa busca otorgar certeza jurídica tanto a campesinos como a inversionistas para asociarse en proyectos productivos preservando el medio ambiente y favoreciendo de manera justa a ambas partes. Entre sus principales objetivos se encuentra: proteger la propiedad de los campesinos, fomentar la coinversión, generar condiciones de certeza jurídica en las inversiones y simplificar procesos para la formalización de proyectos de inversión. Todo de manera voluntaria y gratuita.
El esquema FIPP plantea la formalización de proyectos mediante cinco pasos sencillos consistentes en la realización de reuniones de información con cada una de las partes; reuniones de acercamiento entre el inversionista y el campesino; la elaboración, revisión, suscripción de los documentos legales e inscripción ante la institución registral correspondiente y la supervisión a proyectos de inversión formalizados.
Los proyectos formalizados se clasifican en siete modalidades: Agropecuario y Pesquero; Desarrollo, Servicios y Equipamiento Urbano; Infraestructura, Industrial, Ecológico, Turístico y Minero. La vocación de la tierra para el desarrollo de los proyectos es detectada mediante talleres de diagnóstico en los cuales los propios dueños de la tierra participan buscando nuevas oportunidades de negocios en sus tierras.
A través de la estructura territorial de la Procuraduría Agraria se han celebrado miles de reuniones de información y talleres de diagnóstico lo que ha despertado el interés de los sujetos agrarios con titularidad sobre tierras, quienes muestran su interés mediante una ficha de tierras que es ingresada a un catálogo nacional. De forma complementaria, los inversionistas que al conocer el programa muestran su interés, llenan una cédula denominada ficha de inversionista y es ingresada al catálogo nacional de inversionistas. Con ello se cruza la información de ambos catálogos y las delegaciones federales de cada Estado se dan a la tarea de programar reuniones de acercamiento en donde se plantean opciones hasta coincidir en la mejor para ambas partes hasta llegar a la firma de un documento legal o contrato que formaliza un proyecto de inversión, y bajo la supervisión de la normatividad establecida en el manual de operación del FIPP.
Esta iniciativa ha sido evaluada constantemente por auditores internos como externos de esta institución. Como resultado final se busca el incremento en los ingresos de los campesinos para que se traduzca en una mejora de calidad de vida. Como resultado de esta iniciativa se ha tenido un incremento de 873% en los ingresos anuales de los campesinos beneficiarios del programa. Durante el periodo comprendido del año 2008 al 2012 a través de la iniciativa del FIPP se han logrado formalizar 3,700 proyectos de inversión privada a lo largo de todo el país pactándose beneficios comprometidos a 386,588 campesinos (106,592 son mujeres y 279,996 son hombres) por un monto de $14,691 millones de pesos de los cuales se han entregado a la fecha $1,821 millones de pesos impactando una superficie de 1,014,467 hectáreas, estimándose una inversión total de $152,576 millones de pesos. También se han generado 43,475 empleos directos y se estima la generación de 54,709 indirectos.
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