Los costos económicos derivados de padecimientos crónicos como la diabetes, la hipertensión, cáncer, entre otros, representan una carga para los servicios de salud, no sólo por lo que éstas representan, sino por las complicaciones. Una de estas complicaciones son las heridas crónicas, las que se definen como la lesión de la piel con una escasa o nula tendencia a la cicatrización, mientras se mantenga la causa que la produce . Las úlceras cutáneas aun cuando pueden ser de distinto tipo, se han distinguido fundamentalmente seis: las úlceras por presión, por humedad, úlceras venosas, arteriales y neuropáticas junto con un grupo de otras lesiones. Las heridas crónicas en general, y con especial énfasis las úlceras por presión, han sido consideradas durante mucho tiempo como procesos “normales y banales”, secundarios, inevitables y especialmente silentes, y en pocas circunstancias, con entidad suficiente para considerarlos verdaderos problemas de salud y actuar en consecuencia. Con diferencias ostensibles entre los distintos tipos de úlceras cutáneas, las úlceras por presión y por humedad, y las úlceras de extremidad inferior que englobarían principalmente a las úlceras venosas, arteriales y neuropáticas, representan un problema severo para los individuos, la sociedad y el propio sistema de salud. A nivel individual, se producen afectaciones en la calidad de vida, disminución de la autonomía y autoestima, riesgo elevado de complicaciones directas e indirectas en el estado de salud, y potenciales estados invalidantes generadores de dependencia e institucionalización. Existe un aumento del riesgo de morir por esa causa, y la probabilidad de morir, de 2 a 4 veces superior en personas de edad avanzada. Si aparecieran complicaciones en la cicatrización, la tasa se multiplica hasta seis veces . Para la sociedad, los costos están relacionados con la incapacidad de las personas para la actividad laboral, y pueden ser considerados como un acto de mala praxis por no evitar que se desarrollen por una inadecuada atención, lo cual, genera que se prolongue su estancia hospitalaria. Para el sistema de salud, hay un elevado costo de su atención relacionada con los recursos humanos y materiales; espacios asistenciales, hospitalizaciones e intervenciones, rehabilitación, entre otros. Aunque no se considera como tal, es un problema de salud pública, derivado de la diseminación de gérmenes multiresistentes. Se puede incluso hablar de repercusiones legales, tanto para las instituciones como para los profesionales, ambos pueden ser demandados por inadecuada o inexistente prevención y por un mal tratamiento. Algunos seguros de salud en países como Estados Unidos, han decidido no pagar a los hospitales el costo de atención por úlceras por presión, dado que se considera que éste es un daño causado por la mala calidad del cuidado del paciente. Esto último muy grave, pues hay un reconocimiento de toda la comunidad científica, de que se pueden prevenir al menos el 95 % de las úlceras por presión.
García FP et all. Unidades Multidisciplinares de Heridas Crónicas: Clínicas de Heridas. Serie Documentos de Posicionamiento GNEAUPP 10. Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas. Logroño. 2012.Recuperado de: http://www.gneaupp.es/20_07_2014.
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